Eyal Sela: “win-win son las palabras que mejor definen nuestras relaciones”

Desde hace varios meses, Israel, potencia regional en Medio Oriente, se encuentra en el centro de la escena internacional producto de la situación en Gaza. En el marco del conflicto histórico que enfrenta a este país con el pueblo palestino, la guerra lleva casi 6 meses en curso, más de 30.000 víctimas fatales y 134 personas que aún siguen secuestradas. El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas ya exigió un “alto al fuego inmediato” y la ONU urge a las partes permitir el acceso de ayuda humanitaria, evitar el castigo colectivo y liberar a los rehenes.

A su vez, con la llegada de Javier Milei a la Casa Rosada y el objetivo de convertir a Israel en un “aliado” en la política exterior, este último se llevó una importante atención, también en la agenda local. El mandatario visitó Israel como primer viaje oficial y prometió trasladar la embajada argentina de Tel Aviv a Jerusalén Occidental, entre otros gestos políticos. En lo que ya es una relación sólida en términos económicos, sociales, culturales y políticos, los pasos del presidente suponen un horizonte aún más prometedor para el vínculo entre ambas naciones.

 

En esa línea, Politeia y El Economista conversaron con el Embajador de Israel en Argentina, Eyal Sela, sobre el actual conflicto en Medio Oriente y la relación bilateral con nuestro país.

 

  • En lo que respecta a la situación en Gaza, ¿cuáles son las proyecciones del gobierno israelí en relación al conflicto actual? ¿Puede esta escalada de violencia marcar una diferencia en lo que supone al conflicto de fondo?

 

Todo empezó el 7 de octubre, durante una tregua entre Hamas e Israel, que tenía como fin analizar cómo podíamos desarrollar y salir adelante en beneficio de todos los pueblos que estamos ahí. En un ataque brutal que nunca ocurrió desde el establecimiento del Estado de Israel y otros dicen que no ocurría desde el Holocausto, este grupo terrorista invadió a Israel y lanzó cientos de misiles contra la población israelí sin ninguna provocación. Entraron a una fiesta donde jóvenes bailaban y disfrutaban de la música. Entraron a casas en los kibbutzim, mataron, quemaron, capturaron, violaron, secuestraron a más de 1200 personas y llevaron con ellos 250 rehenes. De aquellos, más de 100 fueron liberados y 134 todavía están secuestrados. No sabemos oficialmente quién está vivo, cómo está la situación, si reciben medicamento, etc. Todo esto fue en un día de paz.

 

Desde que esto ocurrió, Israel decidió que no se puede aceptar que Hamás vuelva a salir, a matar otra vez y a hacer este tipo de ataques. Por eso decidimos que tenemos dos objetivos. La liberación de los rehenes es el principal objetivo. En el grupo de personas se encuentran mujeres, secuestradas por hombres violentos, que ni sabemos cómo están. Luego, estamos buscando destruir Hamas, solamente Hamas: no tendrá armamentos, no tendrá líderes políticos, ni capacidades. Estamos operando en una zona muy poblada, pero llevando a cabo todas las reglas de las leyes internacionales y haciendo todo lo posible para que la ayuda humanitaria llegue a la gente que necesita. Lamentablemente, no es así porque gran parte de la ayuda humanitaria que entró antes y entra ahora, llega a los terroristas y gente armada que automáticamente capta los camiones; cualquier cemento que llega lo utilizan para construir sus túneles y hoy gran parte de la comida, medicamento, gasolina, que se recibe, en lugar de que llegue a la población civil, llega a los terroristas de Hamas.

 

¿Qué pasará? no sabría decirte, esperemos que Hamas no exista más. Hamas no quiere vivir en paz con Israel como otros si quieren, igual que ISIS que hizo el atentado hace unos días en Moscú. Quieren vivir según las reglas de la Sharía, fundada en un estado basado en las reglas islámicas, no aceptar los derechos de las minorías ni de las personas diferentes a ellos. Paralelamente, hay intentos de llegar a la paz con aquellos que quieren: tenemos paz con Egipto, Jordania, los Acuerdos de Abraham con los Emiratos Árabes, con Marruecos y otros. Espero que luego de que Hamas no tenga más estas capacidades, la mayoría opte por el carril de la paz y podamos establecerlo lo más pronto posible.

 

  • Israel es conocido por contar con uno de los sistemas de defensa y seguridad más eficientes del mundo, ¿qué evaluación hace usted sobre el desempeño de la inteligencia israelí en el ataque perpetrado por Hamás el 7 de octubre? ¿Considera que existieron deficiencias que pudieran prevenirlo?

 

Posiblemente sí. Israel ya ha empezado algunas investigaciones, pero la investigación oficial tendrá lugar cuando termine la guerra. Tenemos que esperar. Según la prensa, sobre todo fallamos en un concepto. Fallamos pensando que Hamas quería gobernar y asegurar su presencia política. Muchos israelíes lo interpretaron como un interés de ellos de proyectar su poderío por temas internos locales, por eso estábamos de acuerdo que lleguen ahí tractores, por ejemplo, que lamentablemente con estos tractores destruyeron la valla de seguridad y por ahí entraron los terroristas. Pero como le dije, es un tema pendiente que las autoridades israelíes, por ejemplo la inteligencia y un comité de investigación, van a investigar porque no podemos fallar una vez más.

 

  • Pasemos a la agenda bilateral entre Argentina e Israel. Sabemos que es una relación muy sólida y que tiene mucha historia, ¿dónde considera usted que están los puntos más fuertes de esta relación hoy?

 

El punto más fuerte es que, a pesar de la distancia, tenemos muchas cosas comunes. Ambos somos pueblos que recibieron migración de todo el mundo y ambos somos países en los que la pluralidad es un valor muy importante. En ambos países se pueden ver diferentes culturas, comunidades y religiones. Si caminas en Israel verás gente que viene de Europa, de África, de Asia, de América, de diferentes partes, población judía, cristiana, musulmana, rusa y otras. No hay muchos países que tengan este tipo de pluralidad de gente. Segundo, tenemos muchos valores compartidos. Somos democracias y somos países donde se respetan los derechos humanos.

 

Tenemos un punto que nos une, que es el puente. Tenemos la comunidad judía en Argentina, que es la quinta más grande del mundo y tenemos la comunidad argentina en Israel, donde el 1% de los israelíes son argentinos o hijos o nietos de argentinos que emigraron a Israel. En Israel se consume mucha cultura argentina, desde telenovelas, carne, deporte y tango. Y Argentina, por su parte, conoce tecnologías israelíes, sea de agua, agricultura, etc.

 

Las relaciones son buenas con todos los gobiernos desde 1949 hasta ahora. Con este gobierno notamos que hay relaciones más cercanas por la ideología del presidente Javier Milei y esperamos que esta sea una oportunidad. Estamos trabajando conjuntamente para llevar a cabo y profundizar más las relaciones, más que todo en ámbitos comerciales, científicos y queremos que más empresas israelíes (que ya las hay) inviertan en Argentina. Queremos que empresas israelíes empiecen a trabajar más en outsourcing (tercerización de servicios) con argentinos. Queremos comprar más carne de Argentina, más productos de Argentina y generar más cooperación científica y proyectos que ambos países estamos apoyando. Hay una curiosidad en la comunidad internacional y también en Israel sobre los cambios económicos estructurales que va a tener Argentina, creemos que va a ser más amigable a inversiones de empresas israelíes en Argentina.

 

  • El 10 de diciembre asumió un nuevo gobierno en Argentina, que tenía como uno de sus objetivos de política exterior transformar a Israel en un aliado en el escenario internacional. Al día de hoy, ¿se observa algún cambio estructural en la relación bilateral?

 

Sí, la primera visita del presidente a Israel es un mensaje muy importante. Yo lo acompañé y estuve en alguna de las reuniones que tuvo. Estamos muy agradecidos con su presencia en el Acto de Memoria al Atentado contra la Embajada en 1992. El presidente Milei es el tercer presidente y el primero en 24 años después del año 2000 que visita y participa en este evento. Además tenemos varios proyectos: tenemos una empresa israelí de litio que está invirtiendo aquí, tenemos algunos avances en el campo de la agricultura, así que vamos bien.

 

  • Hablamos bastante de la agendas que tienen prosperidad y mucha visión, pero ¿usted hoy reconoce agendas negativas en la relación bilateral? ¿O cosas en las que no estamos tan de acuerdo?

 

Yo como embajador siempre quiero ver las cosas positivas, que son muchas, más que decir que los países estamos de acuerdo en todo, porque no es así. Pero sí vamos a poner énfasis y la prioridad a lo que llaman en inglés win-win. Hay muchas cosas que hacer entre Israel y Argentina. Somos países que tenemos épocas diferentes, cuando aquí es verano es invierno en Israel, no hay casi ninguna competencia en lo que cada país produce o hace y podemos apoyar y tenemos mercados diferentes. Por eso vamos a poner mucho énfasis en eso, en tener tecnología israelí que le ayude a Argentina a producir más de un lado y a Israel a consumir más.

 

En Israel, Argentina se asocia con calidad, la carne de argentina cuesta más y es más buscada por el mercado israelí, como el vino argentino u otros productos que vienen a Israel. Es decir que podemos apoyarnos el uno al otro. A veces hay intereses diferentes, pero son muy pocos y la mayoría son cosas en las que estamos de acuerdo. Como dije, win-win son las palabras que mejor definen nuestras relaciones.

 

  • ¿Cuál cree usted que es el horizonte de la relación bilateral a largo plazo?

 

Muchas cosas que queremos hacer tienen que ser con innovación. El ecosistema israelí de innovación de las startups puede apoyar a buena gente joven aquí en Argentina de muy alto nivel de ingeniería. Hay muy buenas ideas y hay empresas argentinas que ya están avanzadas en este tema. Tenemos ya casi diez años de un certamen que se llama Israel Innovation Award. Queremos hacer más, queremos mandar gente joven a conocer el ecosistema israelí y estamos apoyando a las instituciones a conocerlo. Lo que realiza Israel es una cooperación entre el ámbito público, privado y universidades. Trabajamos para que gente joven que sale de las universidades con ideas, tenga el apoyo académico y luego el apoyo gubernamental para llevarlas a cabo. Es un modelo que tiene mucho éxito en Israel y en otros lugares del mundo y puede tenerlo acá.

 

Además de todo lo que tradicionalmente hicimos cómo comprar carne, consumos agrícolas, etc., el tema en el que vamos a poner énfasis es la innovación y el ecosistema de la innovación donde la gente joven como ustedes puede tener lenguaje en común con la gente israelí y aprender uno del otro.

 

  • ¿Algo más que usted quiera destacar?

 

Llamemos juntos a la liberación de los rehenes. Como dije antes, una de las cosas que nos une es la comunidad argentina que vive en Israel, vive en todo el Estado, pero hay tres lugares donde hay varias familias: uno de ellos son estos kibutz que están alrededor de Gaza, específicamente en Nir Oz, donde fueron secuestradas varias familias argentinas. Algunos han sido liberados, rescatados, pero todavía hay 9 argentinos-israelíes secuestrados, como la familia Bibas, el pequeño bebé Kfir, sus padres, su hermano Ariel, los hermanos Cunio y los hermanos Horn. Juntos vamos a seguir haciendo todo lo que podemos para que regresen pronto sanos y salvos a sus casas.

  • Por Damián Cichero
    (El Economista)
  • Sofía Kasirer (Politeia)
  • Sofía Meijide (Politeia)

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